martes

Babas de caracol (el anuncio)



La puerta del bar "la mosca" está abierta como de costumbre, me apoyo sobre la barra y pido un carajillo bien cargado. Otras veces me da por el sol y sombra dependiendo de cómo vaya la mañana. En una esquina, justo al lado de la máquina tragaperras hay un papel tirado con un número de teléfono. Casi como quien no quiere la cosa, me acerco y miro,pero tengo que agacharme para cogerlo y desenrollarlo (alguien se entretuvo en liarlo como un pitillo). Es un papel fotocopiado en el que se puede leer:
"las babas del caracol me cambiaron la vida, llámame, 975678999".
¡Coño! pienso, esto parece cachondeo. Impulsivamente marco y espero la respuesta.
Al otro lado suena una musiquita de monjes tibetanos y un contestador que escupe lo siguiente: "si te interesa cambiar tu físico, si quieres probar el producto más revolucionario inventado hasta ahora para rejuvenecer la piel, ven al edificio Prim, 6º C a las siete cualquier martes y te informaremos".
La curiosidad me picaba más por conocer la estrategia comercial que por el producto, pero hoy era lunes. Ya veremos.