lunes

No te fíes de lo que ves


A veces uno no puede fiarse de lo que ve. Las apariencias engañan muchísimo. Y puedes encontrarte con sorpresas que pueden hacerte incluso reír. Estaba la otra tarde dentro de mi coche esperando a alguien. De pronto, veo que para un coche detrás del mio. Era uno de esos cargados de latas de pinturas, utensilios para tal efecto y con varios chicos. Uno de ellos se baja. Va vestido con ropa llena de pintura. Tiene toda la pinta de eso, de venir de pintar. Como decía, se baja del coche y coge una nevera de las de ir a la playa. Supongo que el pobre lleva desde la mañana en la calle trabajando y se ha preparado su comida. En fin, que él se baja con su nevera. Los demás se despiden. Y, como yo no tenía nada que hacer, observo lo que hace. Veo que lleva unas llaves en la mano. Intuyo que va buscando un coche o una moto. Seguro que quedan todos en una zona de la ciudad para ir en un mismo coche y luego cada uno recoge el suyo para irse a casa. Eso lo hacía yo con mis compañeras. Cada semana le tocaba a una llevar el coche. Pero las demás aparcábamos los nuestros cerca de su casa y a la vuelta los recogíamos para ir a nuestras casas. El chico sigue caminando unos metros más adelantando mi coche. Los coches que hay aparcados están en batería y no consigo ver en el que se ha montado. El da marcha atrás para salir y veo que lo hace en un Audi A4 reluciente y precioso.Yo pensé que se montaría en una moto choricera o en un Seat Ibiza. Que no digo yo que el muchacho no se merezca conducir un Audi A4 lo que digo es que cuando uno llama a un pintor para la casa te cobran que da miedo....Ojú.
Foto del Flickr: León Calquin.