miércoles

Vecinas


Quién no tiene una vecina con derecho a ser secuestrada...Quién no tiene ganas de que a dicha vecina le toque un gran premio de lotería y se vaya a otra urbanización...
Yo sí la tengo.
Vivo en un bloque de pisos de seis plantas. Yo en el primero y ella en el sexto. El bloque de pisos míos es un poco fuera de lo común en un aspecto. Aunque yo viva en una primera planta dispongo de un patio donde tender como una casa planta baja. Porque lo que tengo debajo son locales. Piso ideal. Altura de un primero y patio como si viviera en un bajo...Ahí empieza mi pequeña odisea con dicha vecina. No suele pasarme muy a menudo. Por lo menos que yo me pueda dar cuenta. El caso es que la señora en cuestión tiende prendas con una cantidad de agua en ellas superior a los niveles normales. Es decir, que la muchacha tiende la ropa "chorreando"...La primera vez, al abrir la puerta del patio para yo tender y antes de salir creí que estaba diluviando...Pero no, porque no puede diluviar justo en la puerta y nada en el resto del patio...Era ella.
Otra vez, recuerdo que era verano, al salir yo por la mañana a tender al patio veo cáscaras de marisco en el suelo...Me puse como loca...Hasta ahí llegamos. Recuerdo que era domingo a las 9:30 de la mañana...No me importó, subí planta por planta preguntando quién había comido marisco la noche anterior. A más de uno desperté...Y cuando le hacía la pregunta me miraban como si estuvieran dentro de una pesadilla. Cuando lo pienso me echo a reír...Hasta que llegué al sexto. Me abrió la puerta el marido y le hice la pregunta a bocajarro. Me contestó que sí...Le dije que se asomara al patio...Entendió que fue su hijo (que es una perla del Guadalquivir) el que lo tiró. Me pidió disculpas y él quería bajar conmigo para barrerlo. Le dije que no, que bajara el hijo...Y así fue. Desde entonces, o no han vuelto a comer marisco o ya el niño tira la basura en su lugar.
Lo último ocurrió hace un par de días. Su señora esposa tendió ropa demasiado hidratada, tanto que cuando abrí el patio y me dispuse a pasar me resbalé y casi me caigo...No pude más y subí. El diálogo que se desarrolló posteriormente es digno de una película de Almodóvar. No por mi parte...
-Hola...Mira necesito hablar con tu mujer.
-¿Querías hablar conmigo?
-Mira, me pasa esto. Casi me caigo porque has tendido la ropa chorreando...No quiero que haya enfado y por eso te pido que no lo hagas más...
-Es verdad. Y tienes todo el derecho del mundo a quejarte. Pero mi lavadora tiene 37 años...Lava muy bien pero hay veces que no centrifuga...
Mi cara era un poema. Yo no sabía si comerme a dicha señora o directamente tirarla por el balcón...
- A lo mejor ha llegado el momento de que te compres una nueva lavadora pues hay rebajas...
-Es que se me ha roto el frigorífico y me tengo que comprar otro...
-Hija, yo no tengo que decirte lo que tienes que hacer. Pero el día que yo resbale no lo cuento...
-Pues tengo que lavar un edredón del niño y ese no lo puedo centrifugar...
Ante el muro con el que estaba hablando le dije:
-Como vas a hacer lo que quieras, hazlo cuando yo no me de cuenta ni cuando yo salga al patio, es decir, DE NOCHE.......
El caso es que no me puedo llevar mal con ellos porque son parientes de unos parientes...
Se me olvidó decir, ella tiene una hermana que vive en la cuarta planta...Pero quedó viuda y se marchó. Lo único que os digo es que los genes son los genes. Que las probabilidades de caerme han bajado a la mitad. A buen entendedor pocas palabras...
Foto del Flickr. Autor Quique López.