viernes

Anécdota hospitalaria.


Como le pasa a todo el mundo recuerdo momentos de un día de hace veinte años y no recuerdo lo que comí hace dos días. Pero claro, la importancia de saber lo que comí hace 48 horas y que ya no tengo dentro de mi organismo es mínima. Si lo que viví hace muchas más horas...lo recuerdo, será por algo.
Lo que voy a contar me sucedió al principio de empezar a trabajar en sanidad. He tenido muchas vivencias e iré contando algunas. Muchas son divertidas. Otras, no tanto.
El hospital donde yo trabajaba era pequeño. Muy coqueto. Nada de macrohospital donde nadie se conoce. Ahí nacían muchos niños al día. Y me tocó un día estar en Nido cuidando de churumbeles recién nacidos. Estaba con otra compañera y entre las dos teníamos que cambiarlos, darles de comer, desvestirlos cuando venía el pediatra, volverlos a vestir para cuando viniera sus familiares a verlos...
El caso es que un día me tocó a mí desvestir a una cría para la visita médica de su pediatra. Nada, todo estupendo. Me dice el pediatra que la vistiera de nuevo para la visita de su mamá. Yo me pongo toda hacendosa a intentar ponerle toda la ropa a la niña de nuevo. Era invierno y la niña parecía más gordita por las capas y capas de ropa que llevaba puesta. En definitiva, era una cebolla rosa...Que si el pañal, la braguita para tapar el pañal, un body, una camisetita encima del body que se abrochaba cruzada, un pelele rosa, un faldón blanco con un montón de lazos rosas y unos patucos rosas. "Cagondié"...que la niña tenía más fondo de armario que yo.
La madre que la veo venir...Y, afortunadamente, la niña está recién vestida en su cunita. La madre que me pide coger a su hija. Yo que se la doy. La madre que la coge. La madre que empieza a chillar....."Ay, Dios mío, ay, Dios mío....que mi hija sólo tiene una pierna. Manolo...(su marido que estaba al lado) que la niña sólo ha nacido con una pierna..."
Y yo que me pongo a tartamudear..."Pero señora, que yo cuando la he vestido tenía las dos piernas puestas. Que esas cosas no se caen...."
Y es que con tanta ropa que tenía que ponerle, yo le había metido las dos piernas en una pernera del pelele. Así se veía la otra pernera sin pierna...El efecto óptico fue devastador para su madre. Yo me hubiera pegado el mismo susto. Luego nos reímos. Pero a la madre le tuvimos que hacer una tila...
Al cabo de los pocos años una señora en la calle llevaba de la mano a una niña vestida de rosa. Se me acerca y me dice: "A lo mejor no te acuerdas de mí, pero yo soy la madre histérica que creía que su hija había nacido con sólo una pierna. Aquí tienes a mi hija...".
Tiene pelotas que me recuerden por la que metió dos piernas en una pernera...vida ésta...
Foto del Flickr. Autor: Babycita.