martes

Mi periplo en Valdemarsvik hasta ahora (actualización)





Bueno, pues Satie tiene esta semana que salir de viaje a Suecia. Es una salida por motivos laborales. Hoy empiezo mi periplo y para comenzar muchas horas de espera en aeropuertos. Pisaré cuatro y en el de Madrid (desde el que escribo esto) debo esperar más de seis horas para continuar la conexión. Es lo que tiene ir a una ciudad tan pequeña como Valdemarsvik al sur de Estocolmo.
Barajas, como muchos conoceréis es un aeropuerto bastante moderno y con muchas comodidades, sin embargo, no deja de ser un mamotreto fruto de nuestros tiempos.
Si en algún sitio uno puede sentirse impersonal, cosa o no único, sin duda un gran aeropuerto es el lugar. Ves miles y miles de personas, escuchas la vida de los otros: que si vengo de Bangkok, qué viaje, a ti te encantaría, las falsificaciones de D&G están a tres euros etc... Y uno se pregunta, ¿qué hago yo aquí?
¿No había crisis?
Por fin he llegado al aeropuerto de Copenhague, es muy elegante y funcional. A diferencia de Barajas, rápidamente te orientas y consigues llegar a tu destino con facilidad. Tiene unas butacas estupendas para echar un sueñecito y realmente es lo que me está entrando, lástima que en menos de media hora tengo que coger otro vuelo, este ya más cortito (sólo una horita) y llegaré a mi destino: Norrkoeping a 50 km de Valdemarsvik. ¡Ah el avión es tan pequeño que parece de juguete! ¡Encima me ha tocado ventanilla y ya sabéis de mi pavor a las alturas!
Valdemarsvik, al fin. El pequeño avión era casi un reactor y bastante cómodo, llegamos en menos de una hora a Knorrkoping.
Vinieron a recogernos Freddy y Hans, nuestros dos anfitriones suecos. Les acompañaba Albert , el compañero catalán que había llegado antes. Llegamos a Valdemarsvik una hora después. La carretera era un autopista ancha. Me sorprendió la buen temperatura. También que a las 11 aún había luz solar y del paisaje la cantidad de agua por todos lados.
Osterlang es un conjunto de islas que forman una comunidad de unos 10000 habitantes. Freddy y Hans parecen afables y nos entendemos bien en inglés.

Lunes, 5 de mayo. Primer día de programa.
Freddy y Hans vinieron a las 7 a recogernos con el desayuno, porque en el B&B no había nada, así que tras el desayuno partimos hacia el ayuntamiento (the pentagon) según Freddy. Nos reciben parte del equipo directivo del municipio. Una señora madura, concejala de educación, otra gerente y un chico que nos muestra una presentación con datos socioeconómicos de la comarca. Un café, unos folletos y un obsequio y partimos hacia Gryd a 20 kilómetros por una carretera comarcal. Hans conduce regular o muy lento o muy despistado, menos mal que hay poco tráfico.
En Gryd visitamos unos astilleros de embarcaciones de recreo regentado por un antiguo alumno de nuestros suecos, su nombre es Tobías es joven y bien parecido. Tiene unos yates impresionantes, casi todos de magnates rusos o alemanes. Tobías se está construyendo su propia embarcación de aluminio, es muy chula.
No invitan a un pequeño lunch (tarta de queso caliente con nueces) en un pequeño complejo hotelero anexo a los astilleros. Todo está rodeado por agua y es muy impactante.
Sin casi tiempo, vamos a una pequeña escuela rural, nos recibe el director un sueco corpulento y afable de unos 55 años. Nos invitan a comer otra vez, pero yo apenas puedo probar bocado. Vemos la escuela, grande y coqueta con maestras muy simpáticas. Todos hablan inglés. No tienen muchos alumnos pero de los que tienen, siete vienen en barco a la escuela pues viven en las islands.
Finalizamos y nos vamos a los servicios de empleo locales. Magnuss nos explica el trabajo que realizan y las dificultades que encuentran, parecidas a las que tenemos en España, sólo que con un 4% de parados. Me encantan las fotos colgadas en el edificio que pertenecen a antiguos trabajadores del cuero, antes oficio tradicional, aquí. Ahora nadie lo ejerce.
Visitamos la escuela de Hans, pero sólo para hacer las presentaciones de nuestro sistema educativo. Les veo interesados pero Freddy está un poco cansado. Terminamos rápidamente porque Hans tiene una reunión.
Tiempo libre, Albert y yo, compramos algo para cenar y desayunar en un mercado cercano. No es caro, es casi como España. Después damos un largo paseo y hacemos fotos antes de cenar.
En la cena, comentamos sobre algunas cosas de gastronomía típica catalana y andaluza. Albert es buena gente y buen conversador. Sigo sin Internet, aunque no pierdo la esperanza. Al saco que estoy muerto.

He conseguido finalmente conectarme, sirlando un poco de conexión a una vecina. La foto es mía y este es el paisaje que veo.


A ver si puedo conectar también mañana.


Ah, estuvimos en la radio local, porque al pasar por la puerta oimos música de salsa y entramos, el locutor un chaval chileno nos hizo una entrevista en castellano y la traducía al sueco. Lo conseguí Satie es famoso en Suecia.


Os dejo otras fotos.

Increíble


Que alguien me lo explique que yo no lo entiendo. Cómo puede ser que en pleno siglo XXI aún haya colegios con el alumnado segregado por sexos. Lo descubrí el otro día que me encargaron recoger a las hijas de un familiar. Me dijeron el sitio exacto y a la hora prevista llegan dos autobuses y empiezo a ver chavales salir, pero ni rastro de las crías que yo tenía que recoger. Pregunto a una madre que se acerca al verme despistado, ¿vienen más autobuses? Claro, el de las chicas. Ni se me pasó por la imaginación que los que acababan de llegar eran sólo de chicos, así que no me di ni cuenta. Efectivamente, al poco llegaron las chicas.
No pude reprimirme y le pregunté a la mayor (siete años) las razones por las que creía que los niños y las niñas estaban separados, ella con su inocencia, me contesta:
"debe ser por los libros y porque todas las maestras nos dan a las niñas y los maestros a los niños", o sea que también hay segregación de profesorado.
Yo sufrí este calvario cuando pequeño y recuerdo que cuando llegué a bachillerato y empecé a relacionarme con las chicas era como un elefante en una cacharrería, metiendo la pata constantemente y sin saber qué hacer. Triste sociedad la nuestra, para que aún no hayamos sido de capaces de superar nuestros complejos y se los traspasemos a nuestros hijos. Pobres niños que tienen que aguantar las tonterías de los padres.
Foto Lamiasaffo.