viernes

Que viene la ola....


Hace unos días fuí a la playa. Iba con mi pareja e hijos. También iba otra pareja amiga con niños. Sólo que mi amiga tiene una hija más pequeña, de cinco años. Como el agua tenía unas olas un poco fuertes para la niña, nos metimos las tres: la niña (con sus manguitos), mi amiga y yo.
Cada una agarraba de la mano a la cría. Mi amiga me dice que nos metamos más. Hasta que el rompeolas no nos dé mucho. Que detrás de eso se puede estar muy bien. No sé qué pasaba que las olas venían una y otra vez sin descanso. A medida que nos metíamos más profundo (sin dejar de hacer pie) las olas eran mayores... La cría nos decía que cuando viniera la ola que le diéramos la vuelta a ella. Así no le daba en la cara. Imaginaros, intentar sujetar a la niña para que no se escapara. Hacerla saltar para que no le diera mucho la ola. Y todo esto sin que te ahogaras.
El caso es que de pronto, vemos una ola que nos viene encima. Le dije a mi amiga que tuviera cuidado, que esta era enorme...No nos dio tiempo. A mí me derribó, sintiendo un pánico horrible porque la manita de la cría se me escapó. Durante unos tres segundos (los más largos de mi vida) estuve bajo agua dando vueltas. Pensando dónde estaría la niña. Cuando logré sacar la cabeza y levantarme vi a mi amiga con su hija de la mano. Sus ojos estaban abiertos enormemente. Me decía, mientras corría a la orilla, que se acabó el baño. Que esto estaba muy peligroso...De pronto, se me queda mirando. Yo estaba con una risa nerviosa. Y a ella le entró un ataque de risa. No podía hablar. Y no dejaba de mirarme las tetas: SE ME ESTABAN VIENDO...La puñetera ola me había bajado el bañador un poco. Lo suficiente para que las "domingas","lolas","tetas","peras"...salieran a la luz. Me dí cuenta y me tapé. Ahora me entró a mí el ataque de risa, no me podía levantar de la orilla...Menos mal que no llevaba bikini...Porque seguro que se me hubiera perdido alguna parte del mismo.
Foto del Flickr. Autor: Jon Reporperro.