martes

Qué casualidad...


Seguro que a más de uno de los que se pasan por aquí se sienten identificados con lo que voy a contar.
Te pasa que te llevas mucho tiempo sin lavar el coche. Y nunca tienes tiempo o ganas. Llega el día en que dices "Hoy voy a lavarlo". Nada, que lo haces. Te gastas el dinero y encima te pregunta el del lavadero de coche que si quieres mejor el lavado número cuatro. Sí, ese que vale más caro porque lleva cera o no se qué. Y tú asientes con la cabeza. Porque, hombre, ya que lo haces de higos a brevas...pues bueno. Y justo ese día, que ha amanecido tan precioso, llueve. Pero una leve lluvia que hace que toda la arena del ambiente se quede pegada al puñetero coche...
O cuando decides limpiar las ventanas de tu casa: llueve. O cuando vas a la peluquería: llueve o hace un viento del demonio.
El otro día, llovía. Era martes por la mañana. Como no iba a salir de la casa en esas condiciones decidí arreglar la estantería del cuarto de mi hija. Sí. Una estantería de suelo a techo. Enorme. Toda llena de libros y juguetes metidos a presión. Nada. Yo que me armo de valor. Me puse cómoda con la ropa. Un pañuelo en la cabeza, música y ¡A LIMPIAR!. Yo no sé la de cosas que encontré. Juguetes que ya son más infantiles los quité de ahí y los guardé para mis sobrinos pequeños. Los libros, igual. Alguna cosa guardé para el Rastro que hacen el mes que viene en el cole de ellos. En fin, que me quedó todo estupendo. Por la tarde voy a casa de mi suegra..."Agata, entra en el salón. Que he estado haciendo limpieza en el cuarto pequeño y han salido libros y juguetes. Llévatelos para los niños." La mare que me parió....
Foto del Flickr. Autor: pasaian.