martes

Tururú.


Si de algo peco es de ofrecer mi ayuda antes de que la soliciten. No sé. Hay gente que nunca te dice: "Oye, si te hace falta ayuda, dímelo". Hay gente que alguna vez dice: "Oye, si te hace falta ayuda, dímelo". Y hay gente como yo, que no hace falta que siga contándome para que yo le diga: "Oye, si te hace falta ayuda, dímelo". En todo, debe haber un término medio. Y me ha pasado que, según qué personas, ofrezco más de lo que debiera o de lo que se merecieran. En la situación de mi tía me pasa. No lo digo por ella. Sí por parte de la familia. Estoy confundida. Y es que por un lado veo que todo lo que doy o lo que puedo dar de ayuda le resulta poco a cierta parte de la familia. Qué gracia. Ellos se pueden permitir opinar de mí cuando son los que se quedan en su casa sin hacer nada. Cuando son los que no dan los números de teléfonos de sus casas o de sus móviles. Cuando son los que no quieren problemas. Cuando son los que se van a agarrar a la yugular de más de uno cuando mi pobre tía fallezca...Imbéciles. Os creéis con derecho a juzgarme. Vosotros. Que sois una especie inferior a mí. Sí. Hoy me atrevo a gritar que soy mejor que vosotros. Hoy me atrevo a vociferar que no soy una carroñera. Hoy me atrevo a deciros que hasta aquí llegué como una chica "dócil". Se acabó. Nadie va a poner en "entredicho" mis actos. Iros a la mierda...Sí, a la mierda. Yo haré lo que tenga que hacer para que a mi tía no le falte de nada pero la cuerda se rompió de tanto tensarla. Ahora yo voy a decir a más de uno lo que pienso. Si se enfadan, mejor. Con eso no me molestan con gilipolleces...(RESPIRACIÓN PROFUNDA)
Qué bien me quedo.
Foto del Flickr. Autor: Monoblock.