jueves

Un capricho

Dicen que la única diferencia entre un hombre y un niño es el precio de sus juguetes. Algo de verdad hay en ello. Suelo visitar un rastro dominical en el que me gusta encontrar objetos inútiles y sobre todo, radios antiguas. Tengo varias en casa, unas las he comprado y otras son regalos de amigos. Andaba detrás de un transistor, de esos que sólo tienen onda media y corta, con su fundita de piel y que funcione. Pues el otro día vi este Sanyo, arrumbado en un montón.



Pregunté sin mucha covicción y me pidieron veinte euros. Tras el obligado regateo por doce me lo traje. Pero qué buena sorpresa, funciona pefectamente y su aspecto después de un repasito es flamante. Al final resultó ser del año 1960, cerca de cincuenta años de historia.