martes

Querido Antonio

No nos conocimos personalmente, pero formaste parte de mi vida durante muchos años. Mis años de adolescencia empezaron con los acordes de "Una décima de segundo". La vida da muchas vueltas, y aquello que antes me parecía de calidad, hoy no añoro. Pero tus canciones, tus pensamientos y tus anhelos aún siguen vivos en mi corazón. Aunque algunas cadenas de radio se empeñen en mancillar tu legado machacando el "chica de ayer" como si fuera un himno.
No te comprendimos, o sí. Eras ese chico triste y solitario, tu primo aparentaba lo contrario. Juntos habéis creado una memoria musical que perdurará mucho tiempo.
Querido Antonio, cuando he sabido de tu muerte me he sentido, de repente, en deuda contigo. "Mi lucha de gigantes" ya se pasó, pero como decía otra de vuestras canciones, "siempre hay un nuevo plan".