sábado

Mi doscaballos


No soy un fanático de los coches, ya sabéis que el vehículo más querido por mí es la vespa. Pero uno no puede olvidar cual fue el primer cuatro ruedas que condujo. En mi caso fue un Citroen 2 CV amarillo plátano con su capota y todo. Le echaba quinientas pesetas de las de antes y tenía para andar con él más de dos semanas. Los asientos más duros que una montura de caballo, las marchas arriba, en el salpicadero, los cristales con esa abertura tan particular. Conducirlo era casi una aventura, en las curvas todo el chásis se volcaba y uno creía que se estrellaba.
El maletero minúsculo y esos faros ojos de hormiga.
Uno como el de arriba me acompañó en las correrías de juventud.
El doscaballos era irrepetible, siempre será mi coche.