martes

La ley del menor


Desgraciadamente tiene que ocurrir algo como lo sucedido en Seseña para que todos nos volvamos a mirar a los políticos para preocuparnos de porqué pasan estas cosas y exigirles medidas.
Conozco un poco del asunto pues he visto como algunos de mis alumnos han ido terminando en un centro de reforma por pequeños delitos. Cuando hay un crimen de este tipo lo primero que se nos ocurre es que el autor o autora no vaya a la cárcel o incluso pague sólo unos pocos años de su vida por lo hecho es injusto. Yo no discuto esto. No me interesa lo que es justo o no en este debate, sencillamente porque lo que de verdad me interesa es saber qué podemos hacer para que este tipo de barbaries nunca sucedan.
Algunos datos que sirven para reflexionar:
-Todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de reforma tenían carencias familiares afectivas y/o económicas.
-Todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de menores tenían graves problemas de convivencia que nunca fueron abordados desde una perspectiva multifactorial que incluyera al centro, al alumno y por supuesto a su familia.
-Todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de menores tenían graves carencias educativas, la mayoría apenas sabía leer y escribir funcionalmente.
-Todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de menores habían oído de algún adulto (normalmente un profesor o profesora) la siguiente frase: "tú vas a acabar muy mal".
-Las familias de todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de menores dijeron alguna vez: "no sé qué hacer con este chico/a". Familias que en su mayoría habían mirado para otro lado cuando se les advertía de que sus hijos/as necesitaban que alguien les marcara los límites.
-Todos los jóvenes que he conocido y que acabaron en un centro de menores tenían una autoestima desastrosa y encontraban que apartarse de las normas les hacía sentirse importantes y obtenían una atención que nunca antes consiguieron por hacer lo correcto.

Podría seguir, pero creo que es suficiente para ilustrar que este debate no es ni tan simple ni tan sencillo como meter en la cárcel a niños de catorce años.
La foto es de Claudius Plober (Flickr)