sábado

No quiero ser el hombre mágico

Estos japoneses son de lo que no hay. Resulta que el otro día viendo un programa que se llama tabú, contaban que hay una tradición en un pueblo de ese país en el que una vez al año, más de diez mil hombres vestidos sólo con un taparrabos se pelean literalmente por tocar a uno al que denominan hombre mágico y que sueltan desnudo en medio de una plaza. Hay empujones, apelotonamientos, asfixias varias, todo sólo porque creen que el que consigue tocarlo libera su mala suerte de ese año. El hombre mágico termina medio muerto (y no exagero) con huesos rotos, sin respiración, amoratado y encima lo hace voluntariamente porque es una especie de honor religioso.
En fin, que a veces no nos diferenciamos mucho de los orangutanes, bueno sí, estos son mucho mejores.