miércoles

Bola de cristal

Me siento últimamente como una bola que va rodando y rodando. Choco con una esquina y un gran zambombazo me zarandea dejandome descuadrada. Sigo rodando, el efecto es el mismo. Con miedo cierro los ojos porque sé que algo que está ahí chocará conmigo y los impactos son más y más duros. Al principio era una bola fuerte, deseosa de rodar y rodar. Luego, como todo, lo que es ilusión se va convirtiendo en perversión.
Sólo espero que no me parta. Una bola rota no sirve para nada.